Just Liech - La Columna

Dos Almas Rosas 

 

Dos Almas Rosas

Hace unas semanas, alguien me preguntó: ¿Cuál fue tu primer Liech Antel?

Y después de detenerme un poco a pensarlo realmente, me di cuenta de que no quería responder en una frase casual. Decidí que quería escribirlo como parte de la columna de noviembre y que ustedes conocieran la historia completa detrás de ello. Es difícil para mí hablar de esto, pero ese es el objetivo de mi columna, que me conozcan tal y como soy.

El primer bikini que sentí como un Liech Antel lo llamé: “Aliza”, curiosamente, no lleva el nombre de una isla, sino una variante del nombre de mi mamá, Alicia. Ella se llamaba Alicia como yo, y siempre creí que Aliza era una forma cool de decirlo. Fue el primer diseño que hice y que realmente me gustó.

Aliza fue una inspiración en mi mamá. A ella le encantaban los holanes, era muy girly: lazos y moñitos. A pesar de ser una mujer muy fuerte de carácter, pero, muy en su interior era de holancitos. Por éso, Aliza fue la combinación perfecta entre sus gustos y mi visión, lo que lo convirtió en un "best seller" por mucho tiempo.

Uno de mis animales favoritos del mar son las mantarrayas, es por eso que el primer print de la primera colección fue inspirado en ellas. Para mí, la mantarraya es un animal muy mágico porque en toda mi navegación ha estado conmigo. Por alguna u otra razón siempre aparece, a veces se acercan a nadar conmigo, y yo siento como si fueran mi mamá navegando junto a mí.

Mi mamá está presente en todas mis colecciones. Siempre que diseño, hay un guiño de ella. Ella no me vió como diseñadora de modas y mucho menos arriba de un escenario, me conoció como diseñadora gráfica recién graduada y buscando su camino. Cuando ella murió fue que, años después, comencé a estudiar Moda y es por eso que ella no conoció a esta Liech.

Me dejó un poco de "lana" y fue con eso que pagué mi primera colección. No era mucho, pero cuando empecé, me dije: "Mi mamá me heredó una cantidad. ¿Qué hago con ella?" Yo no quería gastarla en algo absurdo, así que decidí invertirlo en Liech Antel México; fue como si ella me estuviera regalando un sueño. Lo invertí en mi primera producción de la colección Pink Soul. Por éso se llama así, porque estoy segura de que ella también es un Alma Rosa.

Liech Antel México nunca fue un hobbie; siempre fue un sueño. Y claro que sentí mucho miedo y responsabilidad cuando lo único que me dejó lo usé para pagar telas y una maquila. Estaba súper preocupada de que no funcionará. Por ello, el primer Liech Antel tiene la variación de su nombre, y lo uní con el tema de las mantarrayas.

No quiero que nunca acabe. Siento una profunda responsabilidad de que Liech Antel México crezca, porque quiero que esté orgullosa de mí. 

En ocasiones, me invaden los pensamientos sobre su partida inesperada, sin siquiera haberme permitido una despedida. Su huella en mí es imborrable y su recuerdo, vívido. Para mí, ella lo es "todo"; gracias a ella soy quien soy y gracias a ella existe Liech Antel México.

Todo el mundo piensa que la marca me la puso "el Güero" pero no fue así, él ha sido un gran soporte y una gran guía en el mundo de los negocios. Recuerdo perfecto que siempre me vió como la niña de las limonadas, que a todo le tiraba y a nada le pegaba. Sin embargo, todo con Liech Antel ha sido diferente y hoy es un sostén emocional importante. 

Con mi marca encontré lo que me llena. No quería ser una esposa mantenida, y tampoco podía imaginarme gastar ese dinero sagrado en algo frívolo. Por eso veo todo esto y digo: "Me lo regalaste." Sin ella, yo no podría tener ésto. Y tal vez por eso ese miedo y esa aprensión a ser perfecta, porque no quiero que Liech Antel México quiebre. Sentiría que la decepcionaría…

¿Recuerdan que en la columna pasada les dije que yo no diseño por tendencia, sino por catarsis? Este es un gran ejemplo de ello. Simplemente lo hago, y después me doy cuenta del porqué. Inconscientemente, canalizo mis emociones a través de lo que sucede en mi vida.

Desde que ella se fue he sentido mucho su presencia, y sé que desde el cielo ella está arreglando todas las piezas para que yo esté bien. Curiosamente siempre que hago un diseño pensando en ella, es un best seller, como el Aliza o el print LA Nude. Sé que ella está presente y es parte de este sueño que ahora es mi vida entera.

Es muy lindo el click que tengo con un colega diseñador que me imagino que muchos conocen; Carlos Pineda. La primera vez que lo vi fue en un fashion show que nos tocó presentar juntos, él estaba en backstage con su mamá. Al verlos tan unidos, dije: "Daría todo porque mi mamá estuviera conmigo." Me acerqué a la Sra. Claudia (su mamá) y le dije: "Usted está viviendo el sueño con su hijo, es su mejor amiga. Cómo yo desearía que eso hubiera pasado conmigo."  Creo que gracias a esa conversación tan linda me siento adoptada por esa familia tan hermosa.

Fue ahí que me di cuenta que las cosas bonitas que me han pasado en la vida han sido por mi mamá. Y estoy sumamente agradecida por ello. Toda la vida voy a seguirle haciendo honor. ¡Qué diferente sería poderla tener conmigo! Seguro ella andaría como pavorreal diciendo: "¡Ella es mi hija!" Si cuando sacaba diez en la universidad, no hallaba dónde poner que su hija se graduaba con honores, ¡imagínense si me hubiera visto saliendo al final del carrusel en un fashion show! Ella no conoció a la mujer en la que me convertí, y eso me hubiera encantado.

Mi compromiso es con ella y con ustedes. Cuando eligen usar una pieza Liech Antel México. Llevan la valentía de un sueño que mi madre me regaló.

Seguiré aquí, transformando mi catarsis en diseño y el recuerdo en una fuerza imparable. Mi único objetivo es que, allá en donde esté, ella se sienta orgullosa. 

Gracias por ser parte de esa promesa. 

Con cariño desde el mar.